sábado, 4 de junio de 2011

Empieza en Arzúa la Mostra de Apicultura

La Mostra de Apicultura, que se celebra mañana en Arzúa, centrará sus debates técnicos en la creciente mortalidad de las abejas.

Pero no solo será una Mostra técnica, sino que incluye también talleres artesanos de elaboración de quesos y galletas de nata, además de velas con cera de abeja.

La Mostra, que se celebra en el recinto ferial arzuano, dispone justo delante de una renovada carballeira que sirve para comer de campo para todos los que opten por un mayor contacto con la naturaleza.

La desaparición de las abejas será debatida en Arzúa en la Mostra Galega de Apicultura

La desaparición de las abejas constituye desde hace algunos años el gran problema para la pervivencia del sector apícola en Galicia, que goza de una salud venida a menos.

La Mostra Galega de Apicultura, que llega a su 26 edición, se celebrará el 4 de junio en el recinto ferial arzuano del Centro do Queixo e Mel para analizar y debatir esta problema «de primeira man e non facer caso de teorías intereseiras e carentes de fundamento, que o único que fan é atrasar a posta en marcha de solucións que consideramos moi urxentes», según explica Jesús Asorey, secretario general del sector gallego.

Además de una jornada estrictamente técnica, la Mostra albergará una feria complementaria, talleres de velas y de elaboración de quesos artesanos, así como otro de galletas de nata, en este último caso «para os rapaces que acompañen aos asistentes».

El programa técnico de la jornada aparece centrado en cuestiones medioambientales y en el uso indiscriminado de los plaguicidas. Entre los relatores se encuentran Claudio Porrini, del departamento de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad de Bolonia (Italia); Jean Sabench, de la Confederetion Paysanne, de Francia; José Antonio Ruiz, de la empresa Apoidea, de tecnología para la apicultura; Alexandre Cendón y Martiño Nercellas, apicultores gallegos; así como los miembros de la asociación sectorial gallega Pepe Torres y Jesús Asorey.

La jornada técnica se desarrollará en horario matutino (de 11 a 14 horas), seguido de la comida y, ya por la tarde, está programada la asamblea general de la cooperativa Erica Mel.

La creciente mortalidad de las abejas será el tema central de esta Mostra, mientras que la asociación sectorial acaba de lanzar un curso de apicultura on line, que incluye un día de campo en Quiroga (Lugo) el 2 de julio con el fin de seguir la denominada Ruta das abellas. Otro problema crónico de las abejas, la barroa, acaba de recibir el respaldo de la Consellería de Medio Rural, que subvencionará el tratamiento.

Las obras públicas estresan a las abejas, que producen menos

El zumbido de las perforadoras excavando túneles, las retropalas moviendo tierras, los camiones transportando escombros y levantando polvo... las obras públicas en carreteras y ferrocarriles son motivo de controversia política, pero producen otros daños colaterales. «Las abejas se estresan y dejan de producir», señala Esther Ordóñez, veterinaria y presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Mel de Galicia. Son casos puntuales, pero que los apicultores observan con preocupación porque les afecta al bolsillo.

Doscientos cincuenta apicultores y expertos en abejas se han reunido en la XXIII Feira Apícolas das Rías Baixas, que se ha celebrado el pasado fin de semana en O Porriño. En el evento se han preparado catas de mieles y un mercadillo. En Galicia hay 3.000 apicultores y se producen cuatro tipos de miel protegidas por la denominación de origen: las de eucalipto, de brezo, de zarza y de castaño. Las perspectivas para este temporada son halagüeñas después de la caída que se produjo el año pasado en las zonas de costa por la escasa floración de eucaliptos. «Este año la floración es buena», señala Esther Ordóñez.

Dentro de la feria se han celebrado unas jornadas técnicas en las que se ha abordado algunos problemas con los que se enfrentan los criadores. Una de las principales inquietudes es la extensión de la avispa asiática. Este tipo de avispa de gran tamaño procedente de China se detectó por primera vez en el sur de Francia en al año 2005 y desde allí ya se ha introducido en la cornisa cantábrica.

En el País Vasco están sufriendo los estragos de este insecto muy voraz que se alimenta de abejas y de otros animales. Esher Ordóñez asegura que en Galicia no se ha detectado este tipo de avispa asiática, pero sí hay presencia de abejorros (Vespa crabro) que atacan espacialmente en la zonas del interior de Ourense y Lugo. Las abejas, no obstante, han desarrollado su propia estrategia de defensa frente a las avispas. «La rodean y la asfixian», asegura Esther Ordóñez.

Según explica Julián Urquiola, presidente de la Asociación de Apicultores de Guipúzcoa, «ya hay avispas asiáticas en Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra y no sabemos cuánto territorio pueden conquistar. No se puede decir que mañana no venga alguna de ellas en un camión en ruta y se extiendan por Galicia».

Parásito

La presidenta del consejo regulador subraya los parámetros de calidad que mantiene la miel gallega acogida a la denominación de origen. La ubicación de las colmenas en bosques alejados de cultivos hace que no haya presencia de restos de pesticidas en las flores.

Mucho más preocupantes que los productos químicos resultan para los apicultores gallegos las enfermedades que sufren este tipo de insectos. La principal lacra la constituye la varroa, un parásito. Este ácaro se adhiere al cuerpo de la abeja y absorbe la hemolinfa hasta que la deja exangüe.

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Las abejas son felices en París

Encuentran una gran variedad de flores sin necesidad de recorrer kilómetros, y el riesgo de envenenamiento por ingestión de pesticidas es bajo: en París, las abejas viven mejor que en el campo. Además, algunas disponen de 'vivienda' con unas condiciones excepcionales, unas colmenas instaladas en el corazón histórico de la capital francesa.

El Grand Palais, por ejemplo, prestigioso edificio de 1900 situado entre el río Sena y los Campos Elíseos, tiene colmenas en el tejado.

«Las abejas se sienten muy bien en la ciudad, encuentran todo lo que necesitan», comenta Sébastien de Gasquet, secretario general del Grand Palais. No tienen necesidad de alejarse mucho para libar, el jardín de las Tullerías está a un paso y «con las flores del parterre del Grand Palais, ya tienen bastante que hacer», explica.

Dos colmenas fueron instaladas en mayo al borde de la inmensa cristalera que corona el edificio, con vistas a la Torre Eiffel y la catedral Notre-Dame. Otras tres o cuatro están en ciernes para una producción esperada de media tonelada anual de miel en total.

Las abejas urbanas producen de cuatro a cinco veces más miel que sus congéneres campestres, asegura Nicolas Géant, apicultor de la región parisina que ideó la operación. «En zona de cultivos, producimos de 10 a 20 kilos de miel al año y por colmena, mientras que en ciudad llegamos a subir hasta 80 y 100 kilos», precisa.

Una paradoja que quiso ilustrar proponiendo la instalación de sus colmenas en el Grand Palais, «lugar histórico» y céntrico de París. Desde hace años, también hay panales en el tejado de la Ópera Garnier.

En las zona de cultivo ya no hay grandes extensiones de setos, ni árboles, ni flores. En cambio, en las ciudades «hay multitud de florecillas en jardines, terrazas, balcones, gran variedad de árboles en avenidas y parques -tilos, acacias, castaños- lo que es muy bueno para las abejas», explica.

París sufre la contaminación, sobre todo de gases que expelen los vehículos, reconoce, «pero esto no es nada comparado con las zonas de cultivo, donde hay muchos pesticidas, fungicidas o abonos que matan en masa a las abejas», añade.

La Unión Nacional de la Apicultura Francesa (UNAF) ha constatado importantes mortandades «en las zonas de grandes cultivos de colza, girasol, maíz en las regiones del suroeste, Alsacia y el Ródano».

En Europa, el exceso de mortalidad de las abejas oscila entre el 30 y el 35% desde los años ochenta, una situación debida a un conjunto de factores entre ellos los pesticidas, según la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria de los Alimentos (AFSSA).

En la ciudad, «no hay prácticamente pesticidas», señala Jean Lacube, el apicultor responsable de las ocho colmenas instaladas en el Hôtel de Région Ile-de-France, en el elegante distrito séptimo de la capital.

Por otra parte, las abejas de las ciudades benefician de temperaturas más suaves que en el campo, añade.

También están protegidas del temible abejorro asiático, que causa estragos en las colonias del suroeste de Francia desde hace años.

París cuenta con unas 300 colmenas declaradas, indica Jean Lacube. Pero «la apicultura urbana es un lujo», asegura, porque «la apicultura es una actividad campestre, el futuro no se encuentra en la ciudad».

Apicultura, está incluída como cualificación agraria

La apicultura se ha incluido como cualificación profesional dentro de la familia profesional agraria, en el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales (Real Decreto 563/2011). Se le ha asignado un nivel 2 de cualificación.

La competencia general de esta cualificación es realizar las operaciones de instalación y manejo del colmenar, obtención y acondicionado de productos de las colmenas, incluyendo las correspondientes al envasado y almacenamiento de miel y polen, manteniendo las instalaciones, equipos, maquinaria y herramientas necesarios, bajo criterios de calidad y rentabilidad económica, y respetando la normativa aplicable vigente, incluida la medioambiental y de prevención de riesgos laborales.


El Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales se crea con la finalidad de facilitar el carácter integrado y la adecuación entre la formación profesional y el mercado laboral, así como la formación a lo largo de la vida, la movilidad de los trabajadores y la unidad del mercado laboral. Dicho catálogo está constituido por las cualificaciones identificadas en el sistema productivo y por la formación asociada a las mismas, que se organiza en módulos formativos.

http://www.boe.es/boe/dias/2011/05/09/pdfs/BOE-A-2011-8050.pdf